Madrid, 8 de febrero de 2025
Roma y Grecia son, como Nápoles, no un lugar, sino un componente del alma, y así todos los hombres tenemos una medida de romano y de griego como tenemos también una medida de valentía, de razón, etcétera, y a los que tienen mucho de lo bueno —de Roma y de Grecia, y de Nápoles— los llamamos buenos, y a los tienen mucho de lo malo, malos, y los que no tienen ni poco ni mucho de nada, indiferentes, y estos son los peores.