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Madrid, 8 de febrero de 2025

Roma y Grecia son, como Nápoles, no un lugar, sino un componente del alma, y así todos los hombres tenemos una medida de romano y de griego como tenemos también una medida de valentía, de razón, etcétera, y a los que tienen mucho de lo bueno —de Roma y de Grecia, y de Nápoles— los llamamos buenos, y a los tienen mucho de lo malo, malos, y los que no tienen ni poco ni mucho de nada, indiferentes, y estos son los peores.

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En un tren hacia Murcia, 26 de enero de 2025

Tantas veces he criticado, por perezoso, al león de San Marco —una acuarelita que compré hace dos veranos en Venecia y que cuelga de la pared frente a la puerta de mi casa con la idea de protegerme, a la manera en que en la verja de algunas fincas se anuncia la presencia de un perro— y ahora me doy cuenta, leyendo Marca de agua de Brodsky, de que fue él quien me salvó del incendio de esta navidad. A mi vuelta a Madrid pienso hacerle un pequeño altar, y derramaré algunas libaciones—de amontillado, por supuesto.

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Madrid, 19 de enero de 2025

Mi ambición cae en picado los domingos, y luego se va recuperando conforme avanza la semana: ayer le dije a G que solo lamentaba no haber sido ser rey de Polonia. Hoy creo que no hubiese sido un mediocre chargé d’affaires de una misión francesa, o por lo menos no lo suficientemente mediocre como para que se me hubiese notado. Mañana comenzaré de nuevo el ascenso al trono del Águila Blanca.

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Algo más tarde, en el Ritz

La ciencia de la decoración —llamarla interiorismo se me hace algo ambicioso—, cuya cúspide de seguro no se encuentra en esta época, fracasa inevitablemente en los baños.

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Madrid, 10 de noviembre de 2024

Tratando de conciliar un mundo que reúne Claro de luna y grosería tanta; de sol, espiga y deseo y grab ‘em by the pussy—sin éxito.

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Madrid, 9 de noviembre de 2024

Las personas, como los zapatos, precisan de pátina.

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Madrid, 7 de noviembre de 2024

El otoño de Madrid—oud y bronce.

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Madrid, 21 de octubre de 2024

Un amor como el del diplomático Inocencio Arias—cuya mujer lleva anudándole la pajarita durante los últimos cuarenta años.

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Madrid, 11 de octubre de 2024

Tras compartir medio pato pequinés mientras conversamos de sencillez, delicadeza y sentimiento —es decir, de ellas—, S. y yo salimos a la calle cantando canciones italianas bajo la llovizna de Madrid. Ma il cielo è sempre più blu!

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Madrid, 10 de octubre de 2024

Y si no pasa, alejarme ondeando la capa púrpura, no por más invisible, menos púrpura.