Madrid, 19 de enero de 2025
Mi ambición cae en picado los domingos, y luego se va recuperando conforme avanza la semana: ayer le dije a G que solo lamentaba no haber sido ser rey de Polonia. Hoy creo que no hubiese sido un mediocre chargé d’affaires de una misión francesa, o por lo menos no lo suficientemente mediocre como para que se me hubiese notado. Mañana comenzaré de nuevo el ascenso al trono del Águila Blanca.