Ava Gardner sentada entre la multitud de Las Ventas —ambas, Ava y la multitud, probablemente las únicas certezas nacionales, junto con la Guardia Civil— mira a la cámara (¡Ava Gardner te está mirando!) mientras se sujeta ligeramente la cabeza con la mano, y yo no puedo evitar recordar, como Borges, que el jaguar era uno de los atributos de dios.
(Tras su barbilla, la de Carmina Ordóñez. Después la nada).