«Habían ido a cenar juntos, una noche, durante el rodaje de Muerte de un ciclista. Esa primera noche fueron a su hotel, pero no se acostaron. Lucia tenía un dolor de cabeza terrible y le dijo que quería descansar. En la habitación, la trepidación del metro hace bailar la mesilla de noche y Lucia dice que ese ruido la va a volver loca. Entonces Luis Miguel le dice: ‘No te preocupes’. Se sienta, coloca los pulgares sobre la mesita y se queda así toda la noche, a su lado. Cuando Lucia despierta, él sigue allí. Y es cuando se da cuenta de que está enamorada, de que iría a cualquier lado por ese hombre».
Joaquín Jordá sobre los inicios de la relación entre Luis Miguel Dominguín y Lucia Bosè. Descanse en paz ella también. (No pretendo que este blog se conviertan en un obituario, pero me parecía injusto omitirlo; por lo demás, se nos están marchando los últimos representantes de una generación prodigiosa).